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#MuyColumna: Mi verdad con el veganismo

Luego de 5 años siendo vegana, esto es lo que Rafaela Gómez quiere compartir contigo.

Por @aleafarpaz

Una de las razones que me preocupan como vegana, es la gran cantidad de influencers que en las redes sociales manipulan a su conveniencia el término con argumentos que se escapan totalmente al principio de dicha ética.

Muchos en Instagram, por ejemplo, se esmeran por armar publicitariamente sus posts para promocionar una vida saludable, comidas perfectas, bajas en grasas, sin gluten etc, proyectando un mensaje erróneo que termina por convertirse en entender el veganismo como una simple dieta, cuando en realidad es un estilo de vida basado en la empatía por los animales, quienes, al igual que nosotros, sienten. Es normal que muchos de los que tienen este tipo de cuenta, se definan como veganos, cuando en realidad jamás en ninguna de sus publicaciones han hablado de lo que sucede en las grandes industrias de la carne y la leche. Cientos de animales asesinados para el consumo innecesario de las personas por un simple gusto o comodidad a un estilo de alimentación. Además, muchos de ellos después de promocionar conductas alimentarias “saludables”, han dejado de ser “veganos”, y sus argumentos se escapan totalmente al principio del veganismo. Uno de los argumentos que he visto es: “bueno, ahora que dejé de ser vegano, me he dado cuenta que ayudo mucho más al ecosistema porque ocupo menos plástico”. Está genial si esa persona quiere ayudar al medio ambiente, pero lo peligroso de aquello, es que el veganismo nunca buscó como causa principal ayudar el medio ambiente utilizando menos plástico. Lo que el veganismo busca como motivo principal, es ayudar desde un punto de vista animalista, es decir, empatizar con los animales dado que no tenemos derecho a decidir sobre sus vidas. Ni la idea de menos plástico o bajar de peso es lo esencial.

Yo pasé por mi etapa más radical, poco tolerante y full activista, sobre todo al inicio de mi transición. Hoy en día he encontrado mi equilibrio y no ando en la etapa de estar viendo videos de cómo asesinan a los animales dentro de los mataderos. Creo que eso es necesario cuando se está partiendo y se desea generar consciencia. Ya con 5 años siendo vegana, este año estaría cursando el sexto, puedo ver con más detención y desde perspectiva ciertas cosas que suceden. Lo que dije anteriormente de la idea errónea que se ha propagado del veganismo, como una dieta milagrosa llevada por rostros que desean vender una imagen de personas perfectas, me causa mucha incomodidad, además que es muy fácil caer en trastornos de alimentación. El veganismo no es eso, el veganismo es algo mucho más profundo y significativo, es pensar y no convertirse en cómplice de la muerte de otro ser vivo que desea de manera natural e instintiva al igual que nosotros, vivir. La leche de vaca es para el ternero, no para nosotros. No necesitamos tomar la leche de otro animal, menos cuando sabemos que fue sometido a violaciones (inseminación artificial) para poder preñarse y dar leche hasta morir. Hoy en día es muy fácil llevar una vida vegana, hay opciones en cada lado que se desee ir a comer, y la fruta y verdura se consigue en la feria a precios más que accesibles. En lo personal, no me costó mucho, desde niña no tuve atracción por la leche y la carne, de hecho sufría mucho cuando tenía que tomar o comerla porque realmente no me gustaban, hasta que a los 13 años me declaré vegetariana. Ya mayor me fui dando cuenta gracias a experiencias de otras personas y al primer documental que vi cuando cursaba primero medio, Terrícolas, dirigido y producido por Shaun Monson, ahí me di cuenta del daño que estaba avalando y aceptando al consumir productos de origen animal. A lo 16 empecé de lleno a favor del veganismo, y cambié mis hábitos y los de mi familia. Al final a todos les hizo bien, el doctor de mi papá siempre lo felicita por no consumir carne. La salud de mi mamá también es buena, además de que hace muchísimo deporte. El veganismo nos ha traído consecuencias positivas tanto mental y físicamente. Me ha hecho pensar también en mí y en la gente que me rodea. El amor se desprende del simple gesto que es ayudar al que desde sí mismo, no tiene posibilidades de salir de donde está, no porque no quiera o no tenga las herramientas, es que simplemente no puede. El ser humano sometió al animal y es él mismo, el único que puede liberarlo.

Esta es mi postura con el veganismo, ¿tienes la tuya? Constrúyela si aún no la tienes, informarse es el primer paso. Con este documental comencé yo -> Terrícolas.