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Maternidad: Mujeres expuestas a la crítica, again

#MuyColumna | Es momento de aprender a no dar opiniones que nadie nos pidió. Te invito a dejar de hacerlo.

Por Ariel Rubio/ @Rubiolol3in_

¿Se han preguntado por qué existe este mal hábito de excluir a las mujeres cuando son madres? Pareciera que dejan de ser compatibles con su entorno, tanto así que viven un cambio de piel donde la soledad se siente como la mejor zona de confort.

Cuando nos enfrentamos a la noticia de que alguna mujer de nuestro círculo será madre, nos alberga un sentimiento de ternura, tanto así que recitamos una fantasía llena de buenos deseos, apoyo y compañía. Qué más lindo que un vientre exorbitante que nos haga a todos vivir por unos segundos la dicha de un nuevo integrante. Conforme pasa el tiempo y cuando aparecen los pañales y el cansancio, aquella madre va reconociendo que la ternura de un vientre no fue suficiente para evitar que todas aquellas promesas se desvanecieran.

El empatizar con una mujer en proceso de gestación nos exige desarrollar una responsabilidad afectiva. Hoy podemos reconocer que la maternidad no solo le compete a quien decidió ser madre, sino también a quienes pueden formarse de manera voluntaria en un entorno #MuyParticipativo para aquella madre que trata de asimilar su nuevo rol maternal y que también se inserta en la búsqueda de métodos que le permitan una optima crianza para este pequeño ser que forma parte de ella desde el primer día.

La soledad de una madre no comienza desde lo externo, sino más bien desde lo personal. Todo aquello que en algún momento fue su mundo, el poder simplemente darse una ducha de media hora es poco viable para una maternidad avasallante que hace sentir que se lleva todo a su paso.

Independiente de la edad en la que una mujer viva su maternidad, esta siempre será una etapa de descubrimiento, de cuestionamiento e inseguridad. La ausencia de una red de apoyo genera dificultades a la hora de vivir todo esto con más naturalidad. Nuestra falta de compromiso como sociedad respecto a esto es tan potente, que nos deja como consecuencia una percepción algo negativa desde las nuevas generaciones, debido que esta latente esta idea de que la maternidad se traduce en soledad, cuando definitivamente no es así.

Integrar a las madres, independiente el porcentaje de probabilidad que tengan de asistir a lo que sea. La posibilidad de decidir equivale a su autonomía. Que ese 0,1% de probabilidad no nos haga asumir que no podemos contar con ellas. Todes podemos apreciar el cambio que se genera en el núcleo social de una mujer cuando se convierte en madre, pero cómo culparlas, si cuando quisieron expresar sus miedos no estuvimos para ellas o cuando sintieron alegría decidieron ser prudentes, porque las hicimos sentir que sus emociones no era algo importante.

La maternidad impacta de distintas maneras en la vida de una mujer, cada una tiene sus vivencias y conforme se va empoderando más de su rol, también aparecen nuevos obstáculos. La diferencia generacional de lo que en algún momento fue ser madre y cómo se aprecia ahora, puede generar dilemas. El constante cuestionamiento respecto a los métodos de crianza no debiese ser algo con lo que las mujeres debiesen lidiar a la hora de ser madres. Es sumamente irónico pensar que hay personas que ni siquiera siendo padres, creen que les compete opinar. Y aunque lo fuesen, it’s not your business.

Todes luchamos con las expectativas, no obstante, sentir que demasiadas personas cuestionan tu rol te hace decaer al momento de querer seguir adelante. Con esto podemos reconocer otro error que cometemos y que deja como resultado la decisión de una madre de alejarse de su entorno. Emitir juicios golpea negativamente, debido que, no estamos haciendo nada más que incrementar la psicosis de alguien que no busca otra cosa que dar lo mejor de sí. Entendamos que no es necesario acelerar la dinámica de nadie. El instinto y la madurez son los mejores aliados de la mujer.

Al desenvolverse en este rol, se adjudican sobre las mujeres demasiadas responsabilidades. Sin ir más lejos, la falta de responsabilidad compartidas les reduce posibilidades, por ejemplo, en el área laboral, lo que puede detonar con la desmotivación si era un anhelo personal antes del embarazo.

Ahora les planteo lo siguiente, ¿se han preguntado por qué a las mujeres les juega en contra su maternidad y a los hombres no a la hora de buscar un trabajo?

Si hablamos de dificultades, las mujeres tienen que vivir con la incertidumbre de delegar el cuidado de su hijo a un otro. Depositar confianza en un desconocido o sobrellevar lo costoso que puede ser una guardería me hace comprender porque en Chile el bajo porcentaje de natalidad ya es algo #Muylatente, esto ya forma parte de nuestra sociedad y cada vez me hace más sentido por qué las nuevas generaciones ya no consideran ser madres.

Antes se creía que la única posibilidad de validación de una mujer era mediante la maternidad, pero hoy sabemos que las mujeres podrían comerse el mundo si así lo quisieran, puesto que su naturaleza de liderazgo se los permite al 100%.

Para concluir, quiero destacar lo realmente importante, el cambio de perspectiva que vive una mujer con su maternidad es algo que las hace benevolentes. No hay maneras correctas, solo hay madres que día a día luchan por sacar adelante a sus hijos y eso debería bastarnos para enfocarnos en lo positivo, darles el aliento para seguir adelante y así hacer su mochila menos pesada.