Demna Gvasalia, el director creativo de Balenciaga, contrató a arquitectos, empresarios, profesores, limpiadores, entre otros, para que usaran sus prendas y las exhibieran en una pasarela ovalada de color azul “Unión Europea”.
Este diseñador es un experto en crear prendas streetwear que no tienen nada pero que a la vez lo tienen todo. Como no podía ser de otro modo, en esta extensa colección se han añadido nuevos diseños a tener en cuenta.
El desfile mostró sus “nuevos uniformes de moda” para esparcir el concepto de que “la moda es para todos”. La colección fue elaborada sin costuras y está compuesta por voluminosas chaquetas acolchadas tipo parkas y vestidos fetichistas hechos de encaje.
La firma destaca por añadir cada temporada complementos y accesorios originales. Esta vez unos pendientes en forma de tarjeta de crédito han robado la atención de los asistentes. También se exhibió lo último en calzado deportivo de Balenciaga, que están hechos con una red de elementos deportivos para formar la silueta de un zapato de oficina clásico.
Las prendas de Balenciaga fueron inspiradas en looks que fueron tendencia entre finales de la década de los 80 y principio de los 90. Los cinco más llamativos, fueron elaborados en Lurex plisado en tonos plateado y dorado con lazos de gran tamaño en la parte posterior y tres fueron hechos con terciopelo para usar sobre una crinolina. Casualmente, hicieron referencia al legado de la casa de alta costura, según Gvasalia, quien se sintió optimista sobre el volumen de las siluetas pues para él, se pueden usar “en cualquier entorno”.
