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IRRESPONSABILIDAD AFECTIVA: UNA PANDEMIA EMOCIONAL

Sepa usted que jugar a ser indiferente y misteriose con sus intenciones, pasó de moda.

Por Josefa Meeder / @josefameeder

¿Qué es la responsabilidad afectiva y por qué se supone que es importante? Pues amigues míos, en pocas palabras, es lo que te salva de ser un tremendo budín de weonura cuando comienzas a interactuar con alguien nuevo en un plano 1313 (dígase kinky nasty aunque sea fancy). Pareciera que hoy en día, con todos los fenómenos como el ghosting y el zombieing, no solo nos encontramos en una pandemia por coronavirus, sino también en una por irresponsabilidades afectivas: Tinder, Bumble, Happn y el mundo exterior (cuando se podía salir) parecen estar plagados de personas mas que dispuestas a infectarte de su irresponsabilidad sexoafectiva y dejarte dando vuelta como machina de feria.

El feminismo y los movimientos de amor libre y consciente han traído a colación el tema de la responsabilidad sexoafectiva, lo cual radica en la simpleza de ser honestx con lo que estas buscando y no fingir u omitir tus intenciones a cambio de intimidad sexual afectiva con otra persona que podría estar buscando algo distinto a ti. En términos prácticos, significa que si usted está buscando un touch and go, dígalo; si está buscando una persona para pasarlo bien de vez en cuando, dígalo; si no le gustan las cosas casuales, dígalo; y si le gusta el amor libre, las relaciones abiertas, la monogamia o la poligamia, lo único que importa es la capacidad para decirlo y conversarlo con la otra persona. Sepa usted que jugar a ser indiferente y misteriosx con sus intenciones, pasó de moda. Hoy lo bacán es ser una persona considerada con los sentimientos de otres, con los ovarios bien puestos para decir lo que busca o lo que no.

La primera señal de que te estás relacionando con alguien irresponsable afectivamente, es la constante evasión de la conversación donde te toca discutir tus sentimientos, limites y objetivos. Las personas de este tipo evaden estas conversaciones tal como los políticos evaden impuestos: frecuentemente y con la cara llena de risa.   Claro que es verdad que esas conversaciones son difíciles y creo que a todos nos da un poco de Vietnam Flashback cuando pensamos en hacer esa maldita pregunta “¿hacía dónde va esto?” o “¿qué somos?“.A mí me llegaba a doler la guatita cuando preparaba mis discursos en la ducha para el susodicho, pero creo que ya es hora de desmantelar la estúpida idea de que mostrar interés y ser directo es de personas intensas e histéricas.

Sepan ustedes que la ambigüedad, el misterio y la incertidumbre son todas estrategias que han sido creadas por las personas irresponsables afectivamente para no tener que tener conversaciones difíciles y no decir realmente lo que quieren, así quedándose con pan y pedazo. Quién no ha salido con el larry que te dice (léase con voz de zorrón hippie): “ay pero para qué vamos a hablar de eso, yo creo en el amor sin etiquetas, simplemente sintamos nuestro amor de manera libre y veámonos dónde nos lleva”. Esta frase y cualquiera de este calibre se traduce en muchas cosas, pero algo que no es y nunca será es una intención de escucharte, entenderte y comprender lo que tú estas buscando.

Al final, no podemos esperar que todos evolucionemos al mismo ritmo, Diosito sabe que a mí me ha costado comprender esto y que he perdido muchas horas de mi vida intentando instruir a neandertales sobre lo que es y no es el feminismo (dígase con gente que dice por ejemplo: “ni fiminismi ni michismi, mimimi”). Lo que sí podemos hacer es darnos cuenta que en nuestra vida llegarán muchos Mr. Big (en serio, si no han visto Sex and the City, háganse un favor), personas que parece espejismos de hermosa compatibilidad intelectual y sexual, personas que creemos que son para nosotres y que a medida que pasa el tiempo, nos van cerrando la puerta de la discusión emocional, nos cierran la puerta de la conversación que nos ayuda a poner los límites de la exclusividad, de la poligamia, de la relación abierta, de la relación casual, de la relación seria o de cualquier tipo de relacionamiento que decidan establecer y cómo el enamoramiento maldito nos “nubla” la visión, permitimos que estas personas nos mantengan esa puerta cerrada.

Mi consejo aquí, y ojo que no es fácil, (Diosito también sabe cuántos porrazos me he pegado con esto), es que tenemos que entender y hacernos cargo de que hay una razón por la cual esa puerta no se está abriendo, quizá hay un orden universal que está intentando decirte que cualquier persona que valga la pena para relacionarse, cualquiera sea el grado de relacionamiento, no va a ignorar tus sentimientos y las intenciones que tú puedas tener sobre la trayectoria del lazo sexoafectivo. Alguien que cierra esa puerta bajo siete llaves para mantenerte en un limbo de incertidumbre no es más que (como lo dije al principio) un budín de weonura.

Por lo tanto, la responsabilidad afectiva mas importante que existe, es la que tienes contigo mismx, el cariño que tienes que tenerte para decir: “esto es lo que yo quiero” o “esto es lo que yo no quiero”. La responsabilidad afectiva contigo mismx significa conocer tu interioridad y poder entender lo que buscas de una relación sexoafectiva o lo que no buscas, así también podrás ser responsable con otres y sus intenciones. Y ya saben, donde se encuentren con alguien que les cierra la puerta, que los deja inciertos, que evaden las conversaciones importantes o serias, digan “adiós con tu cuerpo” y palante’, porque como dice un gran pedazo de cultura popular chilena: “no soy na’ material de los weones yo”.