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INNA MOLL: UNA YOUTUBER #MUYSINCERA EN PROFUNDIDAD

La influencer nos confesó sus anhelos, sus temores, la cercanía que tiene con Disney y cómo logró salir de una gran depresión.

Por @YerkoDanilo 


Hola, chicos, ¿cómo están? Mi nombre es Inna, para los que no me conocen. ¿Les suena familiar? Así comienza cada video que esta chica prepara para sus más de 870 mil suscriptores. En conversación con #MuyVesta, confesó haber sufrido maltrato en su primer trabajo en Los Ángeles, experiencia de la que resurgió como el ave fénix para convertirse en una de las influencers que hoy las marcas están buscando y que, además, coquetea con Disney.

Quizá uno de tus sueños y el de tus amig@s sea independizarse, viajar y conocer Los Ángeles para trabajar. Con solo 19 años, Inna fue “afortunada” y este sueño se le cumplió, pero ¿por qué afortunada entre comillas? ¡Aquí comienza todo!

“Tuve una mala pasada con el modelaje en Los Ángeles: me dijeron que estaba gorda y que no estaba dentro de los cánones de belleza. Me mandaron a México, donde vivía en un departamento súper sola, porque no conocía a nadie y estuve en un hoyo por dos meses, pero dije ‘voy a ir al gimnasio, voy a demostrarles a todos lo contrario”.

¿Cómo superaste esta etapa?

“El quererme mucho fue lo más importante. Al principio sentía que estaba decepcionando a todo el mundo, que no servía para nada. Los pensamientos negativos sobre mí misma no me dejaban avanzar, hasta que algo, una luz dentro mío, me dijo ‘tienes que demostrarlo, tú puedes’ y ahí todo lo malo se fue, todo comenzó a funcionar mejor. Empecé a ir al gimnasio, a comer bien, a conocer gente y así fui saliendo de ese hoyo”.

El regreso de #MuyInna

“Como a las dos semanas ya estaba en mi peso y me empezaron a contratar. Fue el lugar donde más dinero gané como modelo. Fui levantándome de a poquito hasta que me hice influencer y la seguridad aumentó cien mil veces. Empecé a viajar, a subir videos a Youtube y comencé a ser conocida por lo que soy y no por cómo me veía. Las marcas empezaron a llamarme no por ser modelo, sino por quién era. Volví a la industria, pero de otra manera y con más fuerza”.

¿Qué te hace ser #MUYINNA?

 “Soy segura de mí misma, emprendedora, real y auténtica. He perdido el miedo a demostrar lo que soy… Siento que cada vez soy más yo y me voy encontrando en el camino de la vida. Lo mejor siempre es mostrarte tal cual eres. Yo no dejo de ser quien soy, cada vez estoy menos restringida en las cosas que hago, pienso y digo”.

 

¿Eres una mujer independiente?

“Sí, me siento #MuyIndependiente porque desde muy chica empecé a trabajar y a los 18 me compré mi primer auto. Siempre he hecho las cosas muy sola, incluso jugaba sola y me encanta mi mundo solitario, pero sí echo de menos (a las personas). Soy una mujer súper extrovertida y que necesita gente alrededor, pero no que estén tan pegados, pero sí tener amistades para conectarse”.

Aunque es #MuyIndependiente, Inna también le teme a la soledad, algo muy común en los adolescentes y jóvenes chilenos.

Mi temor es quedarme sola. Entre tanto viaje uno igual se siente muy sola y cuando llego a Chile es como que todo el mundo creció y está en la suya. Uno siempre siente esa soledad como desconexión y a eso le tengo miedo… Volver a Chile y que no sea lo mismo o que haya perdido a alguien”.

Es partidaria de la buena onda y la libertad, pero lamentablemente son dos puntos que ella considera no son muy característicos de Chile.

“Una de las cosas que me ha chocado viviendo en Chile, es que aquí la gente es mucho más criticona que en otros lugares. Todo el mundo tiene algo que decir por cómo te ves, si estás flaca o no, con qué te vistes o qué orientación sexual tienes. Siento que hay tanta gente que se preocupa de eso y al final no hay que molestar al de al lado y ser feliz. La gente está perdiendo el tiempo, yo ya ni pienso en eso, no critico a la gente e intento de decirles ‘ay, qué linda te ves’ y tirar más buena onda”.

Al igual que la mayoría de las mujeres, Inna también ha sido víctima del acoso callejero y el machismo. Es una triste realidad y así lo relata ella:

“A mí en México me tocaron el trasero en el metro. Me he sentido súper insegura en varias ocasiones. En el mismo trabajo me han tratado de ofrecer pegas por otra cosa. Hay tantas mujeres que, por el hecho de ser mujeres, las toman menos en serio, o que si pasas por una construcción tienes que sentirte insegura porque tú estás mal vestida y en verdad no debería ser así, pero aquí pasa mucho. Yo me siento insegura en mi propio país”.

Estás incursionando en la TV chilena, ¿te proyectas en este rubro?

“Hace poco estoy en eso y ha sido un nuevo desafío. Yo no soy periodista, pero siempre he tenido el bichito de hablar bien en cámara. En Youtube, está mi cámara y yo, pero esto es otra producción, es otra cosa y me gustó, he aprendido muchísimo, pero no sé si me quedaría ahí. Si me proyecto, me iría más por Disney, Netflix o Youtube, plataformas de ahora, más nuevas. He tenido varios contactos con Disney, se me han acercado y siento que por ahí va más mi camino”.

¿Por qué te atrae el mundo Disney?

“Porque me gusta mucho Disney, creo que de ahí hay muchos lugares de dónde agarrarse. Yo igual quiero viajar, entonces al estar en un programa de TV chileno, me amarraría mucho. No soy actriz, pero nunca he cerrado las puertas a la actuación y estaría entretenido. Tal vez tome clases de actuación, pero no sé…Si me sale algo afuera, me voy para allá, donde me lleven”.

¿Cuál es tu meta para este año?

“Mi punto uno es mi marca de ropa. Por temas de tiempo y por no haber estado tanto en Chile, la he tenido botada, pero eso lo quiero levantar, quiero tener mi marca de ropa, es mi sueño, con eso me sentiría muy completa. Lo otro sería ser feliz y estar tranquila, donde sea que esté, esa es mi misión siempre. Si no estoy feliz o tranquila, cambio el rumbo”.

Fotos: @juanpabloubillaphoto / @rsuarezphoto