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CHILE OLVIDÓ A LA INDUSTRIA NACIONAL

En tiempos de cambio, justicia social y conciencia, hemos cuestionado distintas áreas, alzando la voz por demandas que nos competen a todos y todas.

Por Dani Seguel / @reviviendomilprendas

La industria del vestuario producido en nuestro país, realizado con amor, dedicación y horas de trabajo, no debe quedar ajena a una beneficiosa transformación. La valoración y apoyo a diseñadores y diseñadoras chilenas, que a través de tijeras y telas crean piezas de arte, debe aumentar en tiempos como los de hoy.

¿Dónde se hace tu ropa?

Un claro reflejo es el cartel de la fotografía. En los años setenta, el 97% de la ropa que los chilenos y chilenas usaban era confeccionada en el país. Hoy esa cifra cae a un 7%. ¿Te has detenido a mirar las etiquetas de tu ropa? ¿Cuántas de ellas son hechas en Chile? ¿Sabes realmente quién hizo tus prendas? Estas son preguntas que nos hacen reflexionar e impulsan a decidir y actuar.

Nuestros hábitos de consumo son una pieza clave para posicionar a la industria chilena, prefiriéndola diariamente, en todos sus aspectos, formas y utilidades al momento de decidir comprar.

Una encuesta publicada el año 2016, sobre el Diagnóstico Económico de la moda de autor en Chile, afirma que la industria del vestuario nacional, y específicamente la del diseño de autor local, representa menos del 0.5% del total de la facturación de este nicho en el país. Transformemos este tipo de alertas en un mensaje que nos invite a cuestionarnos a todos y todas.

 Nos encontramos en una temporada ideal para comenzar a actuar. Previo a Navidad, el consumismo divaga por las calles de nuestras ciudades, donde es “normal” ver bolsas de regalo por todas partes.

¿Se animan a tomar el desafío de comprar productos y vestuario para regalar #HechoEnChile? No permitamos que muera la historia, herencia familiar, dedicación y lucha constante que viven los diseñadores y diseñadoras de nuestro país. Este puede ser el mes en el que comiences a considerar esta idea e incluir manufactura chilena en tu clóset y en el de tus seres queridos.

Preferir y valorizar lo local también es un acto de revolucionario.