NI FIT NI FAT: El camino a una vida sustentable
La lechuga y los productos light quedaron en el pasado, hoy se aceptan grasas saludables y porciones contundentes, por lo que tener una vida saludable es más simple de lo que crees.
Por @karla.ibarra.ro
El gusto por la comida y los antojos no siempre nos lleva por un buen camino, deteriora nuestra salud y se refleja en nuestro cuerpo.
Siempre he sido muy buena para comer de todo, evitando excesos, pero inevitablemente la ansiedad de la vida, la universidad, trabajar y tener vida social, muchas veces nos pasa la cuenta: tenemos menos energía, dormimos mal, el cuerpo pide energía, le damos azúcar, y así generamos nuestro propio círculo vicioso, de mal en peor.
Trataba de ser consciente con lo que le daba a mi cuerpo, pero necesitaba una solución para comer sin culpa, y así llegué a la vida saludable, en la búsqueda de saciar, principalmente, los antojos por las cosas chocolatadas y dulces.
Saludable no es FIT
Sin hacer una dieta extrema ni suprimir los antojos, integré estos nuevos hábitos en mi alimentación: evitar alimentos procesados, entender que significa diet, light, sin azúcar añadida, orgánico, entre un montón de otros elementos, para saber cómo comer mejor.
Instagram fue un buen manual, donde conocí diferentes bloggers de comida, que me enseñaron cómo reemplazar las harinas refinadas por harinas que no conocía, el azúcar por endulzantes naturales, hacer leche vegetal, y sobre conocer las maravillosas capacidades de los frutos secos en la cocina entre otras bases.
Después de varios intentos y queques pegoteados, lo logré. Me entusiasmo este tipo de “repostería saludable” porque se me hacía más fácil que la tradicional, y nada que envidiarle en sabor.
Más conciencia, menos calorías
Le agarré tanto gusto que me di cuenta que subí de peso, en comparación a mi contextura normal, pese a que comía más saludable.
¿Dónde estaba el cambio? Ahora comía cosas sanas, pero que eran muy calóricas. Calorías, llenas de energía, aceites saludables y libres de refinados, pero calorías que al fin al cabo se convierten en energía que no ocupaba y se quedaban en mi cuerpo.
Es clave ser consciente y conocer la porción correcta de cada alimento, según las necesidades biológicas y los objetivos que tengas con tu cuerpo. Por muy saludable que sea una tartaleta crudivegana, son en base a muchos frutos secos y frutas que tienen su propio azúcar. Y si no se gasta esa energía, también será un exceso para el cuerpo.
Más de una vez habrás leído en una dieta “tienes que eliminar el pan”, los carbohidratos o dejar las carnes (hay casos específicos que deben ser tratados con nutriólogos y pueden necesitarlo) pero en una vida saludable, no es necesario eliminar ningún grupo alimenticio, la clave es el equilibrio.
Ser saludable es un estilo de vida que supera la vanidad, su objetivo no es ser simplemente una persona delgada, sino que escuchar y aprender a reconocer que necesita nuestro cuerpo para funcionar mejor, sentirse liviana y cómoda en todo sentido.
Sin duda es todo un desafío dejar el azúcar o no refugiar emociones en la comida, pero son hábitos y procesos que elegí para vivir mejor y en equilibrio.